
Continuamente nos corregimos y nos corregimos a nosotros mismos con la mayor desconsideración, porque a cada instante nos damos cuenta de que todo (lo escrito, pensado, hecho) lo hemos hecho mal, de que hemos actuado mal, de que, hasta ese momento, todo es una falsificación, y por eso corregimos esa falsificación y la correción de esa falsificación la corregimos otra vez, y corregimos el resultado de la correción de esa corrección y así sucesivamente, así Roithamer.
-Corrección
Thomas Bernhard
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