domingo, 21 de septiembre de 2008

Notas sobre "Las 5 Obstrucciones"



Días después de mirar esta película me propusé escribir algo sobre ella. Le estuve comentando algo tímidamente la cuestión a Marlowe. Con un bufido él pareció dar por zanjada la discusión, sin embargo, días después me propuso que intentara hacer una reseña a la manera en que aparentemente Von Trier le exige a Leth (re)haga su película. Lógicamente de aquello no salió nada (nada más tenía ver que yo no re-haría mis reseñas). Los días se sucedieron hasta que he vuelto a tratar de escribir sobre el asunto, si no para aclarar mi posición sobre la película, sí para "romper" el silencio del blog.

A

Uno de los puntos que tal vez más se habría de notar en la película es su pretendida semejanza con esos extraños subproductos de nuestra época llamado realities. En Las 5 obstrucciones no hay premios, no hay precisamente ganadores. Pero hay una "competencia" que pretende captar una realización cinematográfica. Evidentemente lo que vemos ha sido cuidadosamente planeado (como los realities, dice Marlowe), lo que nos presentan Von Trier y Leth es quizás entonces una parodia de esos subproductos, pero no sólo de eso, de esa insensata pretensión de captar la "verdadera" realidad. Cómo si existieran realidades "falsas". Cómo si hubiesen ficciones absolutamente ciertas.

B

Otro de los motivos de la cinta es esa cuestión de re-hacer. De volver a lo que ya fue una obra "completa" y darle una nueva perspectiva. El acceso a todo tipo de obras de nuestra época es harto superior al de cualquier otra época (Marlowe se sonríe socarrón mientras se levanta y se va al leer esto). También hoy se retoman lo motivos del pasado (como en tantos tiempos pasados), pero tal vez con algunas sutilezas más o menos evidentes para defender un criterio un tanto dudoso de originalidad. Y no porque la originalidad no exista, sino porque algunos de esos que tantos profieren a gritos su originalidad no lo son en ningún sentido.
Las 5 obstrucciones supone re-hacer una película siguiendo unas limitaciones específicas. Este puede ser el primer motivo para una creación, y lo ha sido: hacer una novela sin utilizar una vocal por ejemplo.
¿Y qué puede significar entonces que la creatividad y la libertad de un artista dependa de una restricción? ¿Qué implicaciones tiene esto para lo que un poco irresponsablemente llamamos arte?
Tal vez al aclarar ese interrogante se tenga mucho más claro la "cuestión" estética de nuestra época. Pero sólo tal vez.

C


Pero no hay que dramatizar. Sólo se trata de una película. De una forma de pasar el tiempo. En últimas se trata sólo de arte. (O mejor, los únicos irresponsables somos Marlowe y, sobre todo yo, pero tal vez eso carezca de importancia)

D

Puede que Von Trier sea uno de los más grandes bromistas que haya dado el cine en su historia. No obstante, la solemnidad con que sus planteamientos son seguidos por algunos puede ser otra señal de los tiempos que estamos viviendo (si no más bien de algunos "mundos" que hoy tanto abundan). Ciertamente si la película fuese un experimento absolutamente veraz nos encontraríamos con alguien que pretende obligar a otro a negar sus convicciones, a actuar en contra de sus principios, a hacer lo que tanto detesta. Pero, y esto cabe subrayarlo, todo esto sólo tiene sentido si fuera absolutamente veraz.
Y no lo es.
Obviamente esto no significa que los "polémicos" postulados no le interesen a Von Trier (y a Leth), sino que quizá ellos están bien enterados de no tener la última respuesta sobre tales asuntos.
Eso me permite (lo que es una temeridad, escrita cuando Marlowe no está evidentemente) aseverar que a lo que aspira Von Trier es a un diálogo abierto, desligado de morales y de estéticas. De un diálogo perpetuo que permita reflexiones turbías y sombrías (y ajadas), pero también bromas de las que en determinado punto sea difícil reír.

CINCO OBSTRUCCIONES PARA EL PRÓXIMO MILENIO

Al comenzar de escribir esta reseña se me ocurrió que más imperiosas que las lúcidas propuestas de Calvino, era dar un número de restricciones (que dado el caso se tendrán que romper, como sucede con toda restricción o toda regla) a quienes quisieran tomarlas para que hiciesen sus trabajos. Ahí me parece que reside lo más relevante de la cinematografía de Von Trier, el hacer notar que tanto las distintas estéticas como las distintas morales se basan en principios con un marcado deje arbitrario. Y también el hecho que hoy se puede abrazar casi cualquiera porque todas son respetables como, dado el caso, equivocadas.
Pero dejándome de digresiones me puse a la tarea de hacer una lista con Marlowe al día siguiente (Liliana entretanto nos servía bebidas y canturreaba pegada a una pequeña radio). Hubo varias que pronto desechamos. Al tener una entrevimos que esta cuestión de obstruir es un paso anterior a la censura y por eso abandonamos el proyecto. Luego seguimos charlando, abismándonos por la pretensión de tan desmesurado proyecto: no éramos sino un par de oficinistas que resolvíamos parte de la escoria que otros dejaban al margen. Aunque tal vez pronto nos atrevamos a publicar una nueva lista, el tiempo dirá.
Por la tarde salimos, Marlowe encontró una rubia alta de pequeñas manos con la que seguramente pasó la noche. Liliana y yo vimos El año pasado en Marienbad. No sobra anotar que más de una cosa no la entendimos, esperamos entenderlas pronto. Esperamos seguir hablando de estas dudas, a riesgo de que un día, sin saber bien cómo, las olvidemos.


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