domingo, 30 de diciembre de 2007

Sugerencias para la Banda Sonora de final de año



Aly walk with me
The Raveonettes



Icky thump
The Whites Stripes



Young at heart
Tom Waits



The Devil
PJ Harvey



Mammoth
Interpol



Bodysnatchers
Radiohead



Intervention
Arcade Fire



Direct Hit
Art Brut



North American Scum
LCD Sounsystem



Hágalo Usted Mismo
Los Tres



Down Boy
Yeah Yeah Yeahs



Back to Black
Amy Winehouse

Mención especial para el disco de Odio a Botero: Kill the Cuentero.

Aclaración: Marlowe detesta esta música.

El Rídiculo del Año va para...

En esta temporada en que todos hacen balances(más o menos (des)afortunados), en que sacan listas sobre lo que consideran mejor y peor; nosotros hemos decidido mejor resaltar un acontencimiento entre los muchos (y la mayoría de un cariz no muy positivo) que nos trajo el 2007. Podríamos (como lo hemos hecho) escribir pestes y anatemas sobre el sucio negocio de la política, que da para tanto contubernio e infamia en este país. Pero nos parece mejor escribir sobre (el a ratos tenebreso) mundo cultural.
Por consiguiente nos proponemos definir el que nuestras palabras es: El acto más ridículo del año. Este año el protagonista es el Sr. Fernando Vallejo, un muy buen escritor y un pésimo crítico literario (en nuestra humilde opinión).
Aunque debemos admitir que de vez en cuando escuchar a Vallejo no deja de ser divertido (y acaso lúcido), este año su actuar histérico llegó a cotas inimaginables. Para dejarnos de circunloquios el caso es el siguiente:

El Sr. Vallejo a eso de mitad de año decide proclamar su renuncia a la ciudadanía colombiana, por distintos motivos entre ellos, el recibir la nacionalidad mexicana, también porque considera que Colombia es un país sembrado de bellacos, y finalmente porque algunos de esos criminales han echado al traste los planes que el joven Vallejo alguna vez tuvo. Hasta ahí la comedia va bien, quizá con más alaridos de los necesarios, quizá con ese dejo que tienen algunas operetas bastante mediocres, o que debieron tener los primeros melodramas al ser vomitados al mundo. La historia se tuerce después, unos meses más tarde, de repente Vallejo vuelve a Colombia, y de repente Vallejo es el hijo pródigo de la parábola (no queremos imaginar quién sera entonces el padre de la, en nuestra opinión, huérfana Colombia). Vallejo se retracta, dice que volverá a ser colombiano, y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Si bien hemos estado de acuerdo con Vallejo en distintas oportunidades: como por ejemplo sobre esa ridícula carta de protesta contra España que tiempo después fue incumplida por sus mismos firmantes.
Mas en este particular caso hay que medir a Vallejo por su misma medida. No hacía falta tanto espectáculo, si iba a volver con el rabo entre las piernas, para qué ladrar a los 4 vientos, y en el tono más huracanado. Acaso es cierta esa suposición sobre la necesidad de un escándalo para vender a la avejentada puta de Babilonia (y de paso sea dicho: un libro completamente innecesario, la Iglesia se desprestigia sola defendiendo a sus sacerdotes pedófilos (ojo que este argumento es el mismo que Sr. Vallejo usó para decir que no escribía sobre Freud, es decir que no lo hacía porque resulta totalmente inocuo y sinsentido)).
Esperamos que las figuras del mundo "cultural" se dejen de tanta verborrea, de tanto espectáculo barato, y hagan lo que mejor saben hacer.
No obstante, sabemos que nada se puede hacer, que este mundo sin remedio se conduce hacia el abismo. O quizá no, quizá exista la esperanza de que hayan días mejores (o buena literatura nada más, lo que al menos ya es algo).

Primera Enciclopedia de Variedades de Lectores (3)

Mi bibloteca, integrada por miles de volúmenes que me he propuesto leer, crecer a un ritmo diez veces mayor que el de mi capacidad de lectura. He intentado ampliarla hasta hacer de ella una especie de universo donde lo encuentre todo. Pero este universe crece en proporción vertiginosa. No quiere calmarse nunca, y siento su crecimiento en mi propio cuerpo. Cada volumen que introduzco provoca un pequeño cataclismo, y sólo se produce cierta calma cuando, al parecer, se deja encasillar y desaparece de forma provisional.
-Hampstead
Elias Canetti

De cómo Marlowe se soltó de Linda para caer en Daisy


Una de los primeros interrogantes que tuve al conocer a Marlowe era conocer qué había sido de Linda, la que en las últimas obras de Chandler hacía el papel de mujer del detective. Es evidente que la vida conyugal nunca fue (ni lo será) el fuerte de nuestro amigo. El caso es que parece que Marlowe un día inevitablemente quiso parecer más a todos, y tal vez ello haya contribuido para que se decidiera a aceptar a Linda por una temporada.

Luego de vivir durante 3 años como un parásito, Marlowe se sentía ahogado, y aunque en durante estos años intento desahacerse de Linda, lo cierto es que Marlowe aprendió que siempre resulta más sencillo atar hilos con los demás, pero que resulta tremendamente difícil soltarlos. Lo que más irritaba a Marlowe era no ser capaz de ser el mismo de siempre, por eso dejó pasar días y días, días que no se diferenciaba unos de los otros, días en medio del mismo sopor que tantas veces lo acompaño durante los días de verano en que escasabean los misterios.

Sin embargo, todo cambió en un sábado de enero. Linda había salido durante unos días con algunos amigos europeos de los que Marlowe se había acostumbrado a no tener noticias. Con todo a su favor Marlowe montó en un Ford Taurus con dirección desconocida. No se detuvo en la frontera de California, ni en Nuevo México ni Arizona, no se detuvo hasta no saciar la angustia que se le agarraba a los brazos y le presionaba al pecho, la angustia que tanto le ahogaba en esa vetusta mansión. Nunca supo exactamente lo que pasó después. Lo único claro es que un día amaneció en un motel de Galveston, Texas; que a su lado estaba Daisy y que tenía que protegerla de un apostador que se había convertido en su chulo. Marlowe la trajo a salvo hasta Ciudad de México. Y desde allí nunca se pudo soltar de ella. En cierto modo Marlowe me dice que ha cometido muchas estupideces en su vida, pero la mayor es haber tratado de salvar a alguien que de por vida está y estará perdida. Y sin embargo Marlowe calla amargamente, luego me dice que me dejé de tantos amaneramientos y que escriba sin piedad, tal como deben ser las cosas. De todas maneras su silencio es elocuente, a riesgo de más regaños anoto que creo que se debe a que Marlowe veía en Daisy un espejo, alguien como él; por eso a veces las busca en las noches de llovizna, porque a veces hace falta que de vez en cuando nos miremos al espejo, así no veamos nada. Pero en todo caso esto son elucubraciones, maneras de matar el tiempo para que no nos siga consumiendo este silencio. Sólo aguardamos el nuevo año. Es tonto imaginar que todo va a cambiar de un día para otro, pero curiosamente muchas personas tienen esperanzas cada vez que se acaba un año y empieza otro (aunque esto sólo sea convención); creo Marlowe también resguarda estas esperanzas, y a falta de ser sincero yo las aguardo aún más.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Una suposición bastante probable

Es posible que escribir signifique rellenar los espacios blancos de la existencia, esa nada que se abre de repente en las horas y en los días, entre los objetos de la habitación, y los absorbe dejando una desolación y una insignificacia infinitas. El miedo, ha escrito Canetti, inventa nombres para distraerse; el viajero lee y anota nombres en las estaciones que deja atrás con su tren, en las esquinas de las calles adonde le llevan sus pasos, y avanza un poco aliviado, satisfecho por ese orden y ese ritmo de la nada.
-El Danubio
Claudio Magris

lunes, 24 de diciembre de 2007

Esta oficina también celebra la vaNidad

Este bella letra refiere muchos sentimientos que giran entorno a nuestras leves consideraciones sobre la Navidad:

TOM WAITS

CHRISTMAS SUCKS


Oh, give me a noose I can hang from the tree
I need no excuse to end my misery
this holiday season is all the more reason to die.

Oh, pull up a stool and an ear to a fool
once found some solace in the season of yule
this holiday season is all the more reason to cry.

I put on my mittens, one green and one red
and I walk alone where they bury the dead
the snow falls as I breath its a gothic
christmas eve.

The bottle is empty,
the sleigh has a flat,
the striper in my bed is ugly and fat,
her tassles are tangled and what's worse - my jingle won't jangle.

This time of the year makes me sick to my guts
all this good cheer is a pain in the nuts
when it's your career to be down in the dumps
tidings of comfort and joy really suck.

I feel like St. Nicolas is pulling my leg
this thing we call christmas is a sorry black plague
this holiday season is....
... all the more reason to die

"Christmas Sucks" Tom Waits y Peter Murphy.

Ranz y las palabras (y su culpa)

Casi nadie imagina nada, al menos cuando se es joven, y se es joven durante mucho más tiempo del que uno cree. La vida entera parece de mentira cuando se es joven. Lo que les pasa a los otros, las desdichas, las calamidades, los crímenes, todo ello nos resulta ajeno, como si no existiera. Incluso lo que nos pasa a nosotros nos parece ajeno una vez que ya ha pasado. Hay quien es así toda la vida, eternamente joven, una desgracia. Uno cuenta, habla, dice, las palabras son gratis y salen a borbotones a veces, sin restricciones. Siguen saliendo en toda ocasión, cuando estamos abatidos, cuando estamos hartos, cuando estamos entusiasmados, cuando nos sentimos enamorados, cuando es inconveniente que las digamos o no podemos medirlas. Cuando hacemos daño. Es imposible no equivocarse. Lo raro es que las palabras no tengan consecuencias más nefastas de las que normalmente tienen. O tal vez no lo sabemos suficientemente, creemos que no tienen tantas y todo es un desastre perpetuo debido a lo que decimos. El mundo entero habla sin cesar, a cada momento hay millones de conversaciones, de narraciones, de declaraciones, de comentarios, de cotilleos, de confesiones, son dichos y oídos y nadie puede controlarlos. Nadie puede prever el efecto explosivo que causan, ni siquiera seguirlo. Porque pese a ser palabras tantas y tan baratas, tan insignificantes, pocos son los capaces de no hacerles caso. Se les da importancia. O no, pero se las ha oído. Tú no sabes cuántas veces a lo largo he pensado en aquellas palabras que le dije a a Teresa en un incontrolado arrebato amoroso, supongo, estábamos en nuestro viaje de novios, ya casi al final. Pude callar y callar para siempre, pero uno cree que quiere más porque cuenta secretos, contar parece tantas veces un obsequio, el mayor obsequio que puede hacerse, la mayor lealtad, la mayor prueba de amor y entrega. Y se hacen mérito contando. De repente a uno no le basta con decir tan sólo encendidas palabras que se gastan pronton o se hacen repetitivas. Tampoco le basta a quien le escucha. El que dice es insaciable y es insaciable el que escucha, el que dice quiere mantener la atención del otro infinitamente, quiere penetrar con su lengua hasta el fondo (...), y el que escucha quiere ser distraído infinitamente , quiero oír y saber más y más, aunque sean cosas inventadas o falsas. Teresa tal vez no quiso saber, o mejor dicho no habría querido. Pero yo le dije algo de pronto, no me controlé, lo bastante, y entonces ya no pudo seguir sin querer, quiso saber, tuvo que escucharlo.
-Corazón tan blanco
Javier Marías

Dos semanas enfermo....


Después de soportar una terrible fiebre durante dos semanas he vuelto a salir de mi habitación. Temía que Marlowe estuviese en problemas o que tal vez hubiese dejado la ciudad. Sin embargo, para mi sorpresa, Marlowe se encontraba sobrio en la oficina. Tenía a mano unos pequeños cuadernos en los que hacía anotaciones; sobre la mesa una pila se amontonaba a punto de caer. Intenté salir sin cortar su concentración pero me reprendió por mi debilidad. Barrunté una tonta explicación que Marlowe se negó a escuchar; enseguida tomó sus cuadernos y con alguna dificultad dejó la oficina. Toda la mañana estuve debatiéndome por tratar de entender lo que ocurría, por tener un pequeño atisbo sobre lo que debía hacer. Estaba en medio de aquel dilema cuando sonó el teléfono, tras unos segundos de silencio una voz distorsionada afirmaba que tenía información privilegiada sobre Daisy, afirmaba que de no actuar las consecuencias serían lamentables. Antes de que pudiera responder el extraño ya había colgado.

Cuando me disponía a cerrar la oficina volvió Marlowe. No se tenía en pie. Apenas se reía y murmuraba frases ininteligibles. Enfurecido enfile mis pasos a mi casa. No me detuve a escuchar las palabras de Marlowe, ahora me parece que ni siquiera escuché la historia que me contó el taxista. En mi casa Marlowe llamó, después de soportar 10 minutos de sus insultos me dijo que compartiría medio centenar de historias, el máximo de historias que podía soportar su memoria. Aún despechado le hablé de la llamada. Marlowe montó en cólera. Me dijo que vendría aquí. Mientras espero he escrito este par de párrafos. Mientras aguardo empieza a amanecer.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Primera Enciclopedia de Variedades de Lectores (2)

Todavía sintiendo la misma inquietud que le había embargado durante todo el día pero con cierto placer empezó a acomodarse para el viaje. Abrió con sus manos pequeñas y ágiles el saquito rojo, sacó un almohadón que se puso en las rodillas y, envolviéndose las piernas con la manta, se arrellanó cómodamente. Le pidió a Aniuska la linternita que sujetó en el brazo de la butaca y sacó de su bolso un cortapapeles y una novela inglesa. (...)
Anna empezó a leer y a entender lo que leía. La doncella dormitaba ya, Anna leía pero no le agradaba leer, le molestaba seguir las sombras de la vida de otras personas, tenía demasiado deseo se vivir ella misma. Si leía que la protagonista de la novela cuidaba a un enfermo, sentía deseos de andar con pasos silenciosos en la habitación de un enfermo. Si Lady Mailing había cabalgado tras la jauría, exacerbando a su nuera y asombrando a todos con su audacia, también Anna deseaba hacer lo mismo.

-Anna Karenina
León Tolstoi

(Tomado de El último lector de Ricardo Piglia)

domingo, 2 de diciembre de 2007

Aforismo para nuestra escéptica nueva religión

Sabía que sin fe no ocurre nada de lo que debería ocurrir, y con fe casi siempre tampoco.
-Rayuela
Julio Cortázar

Sobre el Secuestro...

Es realmente indignante y avergonzante lo que sucede en Colombia. Es increíble el grado de degradación que tiene la situación que se vive en este país (aunque algunos aún no se hayan dado cuenta), da rabia la actitud de las FARC, el gobierno y otros políticos que solamente están tratando de "capitalizar políticamente" este desastre. Pero para no seguir con nuestras torpes palabras, dejamos el siguiente enlace, conecta con un artículo de Antonio Caballero, la opinión que hoy expresa es la nuestra y ya no hará falta añadir nada más:

http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=108066