viernes, 2 de noviembre de 2007

Primera Enciclopedia de Variedades de Lectores (1)

Por su carácter era más bien taciturno que hablador. Mostraba incluso una noble tendencia a la ilustración, o sea a la lectura de libros, el contenido de los cuales no le importaba. Le era exactamente igual que se tratase de las aventuras de un héroe enamorado, de un sencillo abecedario o de un libro de oraciones: todo lo leía con la misma atención. Si le hubieran ofrecido una obra de Química, con la Química habría apechugado.
Le agradaba no lo que leía, sino el mismo hecho de leer, o mejor dicho, el propio proceso de lectura, cómo las letras se juntaban siempre para componer palabras que, a veces, el diablo sabía lo que significaban.
A la lectura se entregaba ordinariamente en posición yacente en la antesala, sobre la cama y el colchón, que, por este motivo había quedado tan aplastado y fino como una torta.
-Las Almas Muertas
Nikolai Gógol

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