Pero luego de un breve período de reflexión, llegamos a la conclusión de que nosotros sí debíamos ser justos, así que este sábado hemos organizado el gran evento de estos últimos 106 años (como dicen los hiperbólicos anuncios de la prensa y la televisión): el partido de fútbol entre los ganadores del premio (NOBEL) y los que por una u otra razón no lo recibieron (NO-NOBEL). Con Marlowe nos hemos dividido la selección y dirección técnica para el encuentro futbolístico (lo que produjo más de un problema, al principio porque ninguno quería asumir la agria labor de la dirección técnica de los Nobel, aunque eso se resolvió fácilmente dado mi carácter conciliador: acepté el trabajo y Marlowe lo celebró ya como un triunfo. Sin embargo, entonces empezó a intentar meter en su selección a Lovecraft, Lem, Philip K. Dick, Dashiell Hammett y al propio Raymond Chandler. Intenté rebatirle su idea porque ninguno de esos autores, por más que lo quisieramos, hubiera recibido el Nobel, aún hoy eso no ocurriría. Marlowe aceptó no incluir a Chandler (una cuestión de mal gusto por supuesto), pero por los otros se pusó en sus trece, lo que condimentó más de una semana de discusiones, polémicas y más de un nimio altercado. Sus aseveraciones eran ciertas, como que en realidad no había literatura de primera categoría y otra de segunda y así en lo sucesivo; sino sencillamente buena y mala, y que si una escritora como Pearl S. Buck recibe el Nobel, quién no lo podría recibir. Y aunque esté de acuerdo con todo ello tengo que afirmar que en cuestión de premios hay cuestiones sencillamente improbables (por no escribir imposibles). Finalmente aceptó con la condición de mencionar a varios de estos autores durante el partido, lo que después de tanta discusión acepté sin rechistar.)
Ahora que se introduce al grupo de los Nobel a la escritora británica Doris Lessing, y que será invitada a un placo de honor para el partido decisivo; hemos decidido, para equilibrar las cargas, invitar a Marguerite Duras al mismo palco.
Sin más preludio a continuación la lista de convocados de cada una de las selecciones (anotando que como cualquier proceso de selección fue arduo y repleto de omisiones y sacrificios):
- Rudyard Kipling
- George Bernard Shaw
- William Butler Yeats
- Thomas Mann
- Luigi Pirandello
- Hermann Hesse
- André Gide
- T. S. Eliot
- William Faulkner
- Ernest Hemingway
- Albert Camus
- Yasunari Kawabata
- Samuel Beckett
- Saul Bellow
- Czeslaw Milosz
- Elias Canetti
- Gabriel García Márquez
- Joseph Brodsky
- Günter Grass
- Gao Xingjian
- Imre Kertész
- J. M. Coetzee
(José Saramago no quiso aceptar la convocatoria porque ahora sólo le interesa la política, el problema está en discernir cuándo empieza ese ahora)
No-Nobel
- León Tolstoi
- G. K. Chesterton
- Joseph Conrad
- James Joyce
- Franz Kafka
- Marcel Proust
- Henry James
- Virginia Woolf
- Ezra Pound
- Jorge Luis Borges
- Fernando Pessoa
- Robert Musil
- Hermann Broch
- Vladimir Nabokov
- J. D. Salinger
- Thomas Bernhard
- Italo Calvino
- Georges Perec
- Juan Rulfo
- Julio Cortázar
- W. G. Sebald
- Roberto Bolaño
(Infortunadamente las plazas de los No-Nobel son más abundantes y autores como Gombrowicz, Queneau, Walser, Svevo, Auden, Pynchon, Carver, Buzzati, Pavese y un largo etcétera no pueden caber; así que la selección se ajusta más al gusto de Marlowe, por extraño que parezca su gusto).
No hay comentarios:
Publicar un comentario