sábado, 27 de octubre de 2007

Sobre las elecciones...

En las vísperas de los comicios regionales y de todo el barullo que ello produce nos hemos visto obligados a escribir sobre dicho inevitable tópico.

En primer lugar debemos aclarar que no consideramos que Colombia sea una democracia. Ni en sentido estricto porque seguramente en ningún lugar del planeta existe, ni en el sentido vago y a veces afortunado como se aplica en lugares donde las personas deciden sin que el gobernante de turno esté sugiriendo votar por unos y excluir a otros.

Tampoco vamos a realizar un deleznable análisis sobre la controversia sobre los supuestos que una hipótetica situación puede demostrar de la hipótetica "ética" de alguien. Honestamente parece un chiste macabro este tipo de disquiciciones mientras que nadie se pregunta sobre el dilema "ético" que se encuentra en perdonar a políticos que han aceptado el apoyo de los paramilitares, siendo los paramilitares perpetradores de asesinatos, extorsiones, amenazas a la población civil, y un largo etcétera para no extendernos en sus viles crímenes.

Lo que vamos a hacer notar es nuestra indignación por el uso de propaganda negra en contra de algunos candidatos. Curiosamente nadie se pregunta si eso es ético o no, como tampoco se lo preguntado si las acusaciones (o infamias) del presidente, multiplicadas por su vesania en sus alocuciones, son éticas o no.

Pero mejor remitir a una pequeña reflexión de Eduardo Arias, con quien parecemos tener el vicio de estar de acuerdo (Sólo la entrada titulada: Curiosidades, la que primero aparece puede aleccionar al desprevenido lector que no sepa sobre un grupo de muchachos llamados sofistas):

http://www.semana.com/wf_InfoBlog.aspx?IdBlg=6

Siendo esta suficiente sólo nos queda por añadir que las últimas declaraciones del Sr. Uribe parece habernos convencido de hacer lo contrario. De hecho nos ha aclarado las muchas dudas que en un momento determinado tuvimos.

De cualquier manera a Marlowe nadie le saca otra idea de la cabeza, quiere que todos votemos nulo, para demostrar su inconformidad y no aceptar ese ridículo paseo llamado elecciones, que suele no significar nada y no solucionar nada lógicamente. Finalmente sugiere que en el tarjetón usen su creatividad para motejar candidatos, escribirles mensajes y hacer visible que este sistema de juegos y gastos de dinero no sirve para nada.

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